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Enfermedad del Alzheimer

Complicaciones

Las alteraciones de la conducta pueden producir agresividad, delirio y agitación. Las complicaciones psiquiátricas incluyen depresión, ansiedad y cuadros paranoides. Además, incluso hasta el 80% de los familiares o de las personas que cuidan a estos enfermos presentan depresión en algún momento. Otras complicaciones incluyen los traumatismos, la incontinencia y el empeoramiento de la confusión al anochecer.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración física, las pruebas de laboratorio y la exclusión de otras causas de demencia.
Las características fundamentales de la demencia son la afectación de la memoria a corto y largo plazo, del pensamiento abstracto y del juicio y los cambios de personalidad. La progresión del deterioro cognitivo y la ausencia de mejoría confirman el diagnóstico. Los siguientes criterios ayudan a establecer el diagnóstico: 1) demencia clínicamente establecida y valorada con pruebas del estado mental; 2) déficit cognitivo en 2 o más áreas; 3) empeoramiento progresivo de la memoria y otras funciones cognitivas; 4) ausencia de deterioro de nivel de conciencia; 5) comienzo entre 40 y los 90 años, más frecuentemente después de los 65; y 6) ausencia de trastornos sistémicos y cerebrales que pudieran justificar el déficit progresivo de la memoria y la cognición.
Otros métodos de valoración permiten diferenciar la demencia vascular de la enfermedad de Alzheimer.
El examen básico incluirá un hemograma, pruebas de función tiroidea, niveles de folato y vitamina B12, análisis de orina, electrocardiograma, radiografía de tórax, TAC o resonancia magnética para excluir tumores y otras patologías, punción lumbar si se sospecha infección crónica y algunas pruebas más.


Pronóstico y tratamiento

El deterioro cognitivo paulatino es inevitable en estos pacientes, pero la velocidad de progresión es imprevisible. La supervivencia varía entre 2 y 20 años con una media de 7. Los principios generales del tratamiento son los mismos que en todas las demencias. Algunos de los fármacos que potencian la neurotransmisión colinérgica, como el donepezilo, pueden mejorar la memoria, al menos transitoriamente, en las fases precoces de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, no modifican la progresión uniforme de la patología de base. Aunque la función cognitiva no puede restaurarse y es difícil detener el deterioro, las medidas de soporte pueden ayudar mucho. La orientación temporal puede favorecerse utilizado calendarios y relojes y realizando actividades diarias rutinarias; la orientación en persona se facilita haciendo que el personal sanitario lleve tarjetas de identificación y se presente al paciente en cada ocasión. Este requiere un tiempo para familiarizarse con su nuevo entorno. Las explicaciones que se dan al paciente deben ser sencillas y concisas y se omitirán todas las técnicas diagnósticas que no sean estrictamente necesarias. Deben evitarse las habitaciones privadas demasiado tranquilas y oscuras. Serán claras y contendrán estímulos sensoriales, como una luz nocturna y una radio o televisión, para ayudar al paciente a orientarse y a fijar la atención. El ambiente debe ser seguro y los sistemas de señales pueden derivarse a un monitor en los pacientes que pueden deambular. Se evitarán tanto la sobreestimulación como la infraestimulación. Los familiares y las visitas frecuentes del personal sanitario ayudan a mantener la socialización; debe evitarse el aislamiento. Los miembros del personal evitarán la confrontación con el paciente y su intimidación física. Los familiares, por su parte, intentarán incluir al paciente en todas sus actividades posibles pero evitando las que pueda producirle ansiedad o confusión. El ejercicio disminuye la intranquilidad, mejora el equilibrio y mantiene el tono cardiovascular. La terapia musical y ocupacional ayuda a mantener el control motor fino y proporciona la estimulación no verbal necesaria. La terapia de grupo (terapia de recuerdo y actividades de socialización) puede ayudar en la conversación y las relaciones interpersonales del paciente. El consejo a la familia puede enseñar como prevenir las caídas y lesiones en las fases de agitación. El enfermo también puede mejorar si se simplifican las tareas rutinarias sin que él sienta una pérdida total de su autocontrol y dignidad personal.
También puede mejorarse la función eliminando o limitando estrictamente los fármacos con acción en el sistema nervioso central. El uso óptimo de drogas psicoactivas para el control del comportamiento en los ancianos es controvertido. Sin embargo, los antidepresivos pueden mejorar la función temporalmente en los pacientes con depresión sintomática.
La depresión se trata con antidepresivos sin efectos anticolinérgicos y la ansiedad y los trastornos del sueño con dosis bajas de benzodiacepinas de vida media corta o intermedia. Otras pautas son más problemáticas. Los antipsicóticos se usan con frecuencia, pero su efectividad sólo está establecida en los pacientes con psicosis. Si se utilizan a pesar de todo, debe hacerse con dosis muy bajas y a corto plazo.
Una vez realizada la evaluación médica y establecido el tratamiento, la mayor parte de la responsabilidad recae en los familiares del paciente. Aunque la curación es imposible, el médico debe continuar ayudando a la familia. Las tensiones y presiones que recaen sobre la persona que cuida a un paciente con demencia son a veces muy intensas pueden afectar adversamente la salud física y emocional de los familiares, lo cual perjudica secundariamente la atención al enfermo. El médico puede reconocer los síntomas precoces de deterioro emocional de la persona que atiende al paciente y guiar a la familia respecto a las instituciones que pueden proporcionar un cuidado integral del paciente. Los miembros de los equipos de asistencia social (trabajador social, nutricionista, personal de enfermería, asistente clínico domiciliario y otros) pueden ayudar a aconsejar a los pacientes y a sus familiares.
La incapacidad puede llegar a ser tan absoluta que una neumonía o cualquier otra enfermedad aguda pueden llevar a su muerte. Los deseos del paciente en cuanto a sus cuidados deben estar claros antes de que aparezca la incapacidad.









 
 
 
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