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Astenia


La astenia es un síntoma presente en varios trastornos, caracterizado por una sensación generalizada de cansancio, fatiga y debilidad física y psíquica, con principal incidencia entre las personas de 20 a 50 años y más en mujeres que en hombres.

ETIOLOGÍA

Se origina principalmente por el estrés y la depresión. Las causas pueden clasificarse en 2 grupos:

• Causa funcional: por lo general aparece al amanecer, predomina por la mañana y resulta variable al transcurrir el tiempo. No mejora e incluso se agrava con el reposo y suele estar asociado a un trastorno del sueño. Cuando es por causas reactivas es porque aparece después de un exceso de actividad física o mental. Cuando es por causas psiquiátricas es por asociación al síndrome depresivo.

• Causa orgánica: se caracteriza por ser máxima por la tarde, es fija y sin variaciones o fluctuaciones. Se agrava con la actividad y mejora después del sueño. Las causas orgánicas suelen ser:

  • Infecciones

  • Anemia

  • Hipotiroidismo

  • Miopatías

  • Neurológicas

  • Cardiacas

  • Oncológicas

  • Digestivas (hepatopatía, malabsorción, etc.)

  • Iatrogénica (por acción de ciertos fármacos)




CUADRO CLÍNICO

La astenia es una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada tanto física como intelectual (pérdida de la memoria, concentración). Reduce la capacidad para trabajar e incluso realizar las tareas más sencillas.
Curiosamente no aparece después de realizar un gran esfuerzo, como sería lo normal, sino que se manifiesta cuando desarrollamos aquellas actividades que marcan nuestro día a día incluso las más sencillas. La astenia también afecta a la pérdida del apetito, fatiga muscular, trastornos del sueño y disminución del deseo sexual.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Cuando la sensación de cansancio se prolonga durante más de 6 mases, cosa poco frecuente, y no existe ningún problema físico ni psicológico que puede ser el causante de nuestro estado, es posible que nos estemos enfrentando a un caso de fatiga crónica. Esta enfermedad tiene una evolución a largo plazo y aunque presenta mejorías y remisiones entraña un alto gradote incapacidad física para llevar a cabo las actividades corrientes.



ASTENIA PRIMAVERAL

La llegada de la primavera trae consigo cambios de temperatura, de luz, de alimentación,… que pueden suponer importantes cambios para el organismo. Ante esta situación, el organismo reacciona manifestando una sensación de cansancio, agotamiento, somnolencia, falta de motivación, apatía, insomnio e irritabilidad.

Se define como un trastorno de carácter leve que parece deberse a una mala adaptación del organismo a los cambios que tienen lugar con la entrada de la nueva estación. La astenia primaveral afecta a casi el 2% de la población.
Las causas son difíciles de concretar, al parecer están relacionadas con el cambio climático que tiene lugar en esta época del año. Esto ocurre porque durante el invierno el cuerpo esta acostumbrado energéticamente a rendir al máximo debido a las bajas temperaturas, y a la llegada de la primavera y el aumento de temperatura ese rendimiento se endentece de forma brusca produciendo esta sintomatología que irá desapareciendo poco a poco a medida que el cuerpo se acostumbre a las nuevas condiciones de su entorno. También se ve acentuada en personas que padecen cuadros de ansiedad, depresión, estrés, etc.
En el caso de la astenia primaveral, la sensación de fatiga es leve y los síntomas van remitiendo conforme el organismo se adapta a la nueva situación.

TRATAMIENTO

Siendo un proceso adaptativo del organismo, no existen tratamientos específicos para curar la astenia. En el caso de la astenia primaveral cede conforme el organismo se va adaptando y esto puede durar unos días o varias semanas.
Es estos casos es aconsejable llevar una vida saludable y seguir ciertos consejos:

  • Hacer las comidas en un horario establecido, evitar comidas pesadas y el exceso de grasas saturadas y aumentar el consumo de cereales, legumbres, frutas, verduras y pescado azul (fuente de omega-3).


  • Mantener el cuerpo en un buen estado físico, realizando a diario ejercicio moderado.


  • Mantener el cuerpo bien hidratado, es recomendable mantener un nivel de 1´5 a 2 litros de agua al día.


  • En ocasiones no es suficiente con mantener una dieta equilibrada, en estos casos es aconsejable utilizar algún complejo que contenga vitaminas y oligoelementos.

                                   




 
 
 
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