La diarrea tiene causas infecciosas, farmacológicas, alimentarias, posquirúrgicas, inflamatorias, relacionadas con el tránsito intestinal y psicológicas. Estas numerosas causas producen diarrea por 4 mecanismos distintos: aumento de la carga osmótica, aumento de secreciones, inflamación y disminución del tiempo de absorción absorción intestinal.
Complicaciones
Puede producirse pérdida de líquidos con la consiguiente deshidratación, pérdida de electrolitos (Na, K, Mg, Cl) e incluso colapso vascular.
Diagnóstico
La historia clínica debe recoger las circunstancias de la presentación, como un viaje reciente, los alimentos ingeridos, el origen del agua y el uso de medicamentos, la duración y la gravedad, el dolor abdominal o los vómitos asociados, la presencia de sangre o el cambio de color de las heces, la frecuencia de las deposiciones, la consistencia, los signos de esteatorrea (deposiciones grasas), los cambios de peso y de apetito.
Debe evaluarse el estado de los líquidos y los electrolitos. Los pacientes con una diarrea grave o prolongada deben someterse a una exploración completa y a biopsia de la mucosa rectal para examen histológico. Puede ser útil un examen micro y macroscópico de las heces. Debe observarse la consistencia, el volumen, y la presencia de sangre, moco, pus o exceso de grasa, infestación de parásitos etc.
En general, en las enfermedades del intestino delgado las heces son voluminosas y acuosas o grasas. En las enfermedades del colon las deposiciones son frecuentes, a veces de pequeño volumen y posiblemente acompañadas de sangre, moco, pus y molestias abdominales.
La diarrea aguda causada por excesos dietéticos o infección aguda remite espontáneamente. En caso de diarrea crónica, los cultivos y el examen microscópico de las heces determinan si está indicado un tratamiento específico y las biopsias deben realizarse a continuación en busca de causas inflamatorias. Cuando puede existir malabsorción, debe medirse la excreción de grasa fecal, seguida de radiografías del intestino delgado y de biopsias. Si la evaluación sigue siendo negativa, se necesita una valoración de la estructura y la función pancreática.